A lo largo de mi vida no ha habido muchos libros que me haya dado el gustazo de repetir su lectura. Uno de esos gloriosos ejemplos es “La Conjura de los Necios”, y desde una manera un tanto evangelizadora no me canso de recomendarlo a todos aquellos que parecen sufrir a la hora de abrir la tapa de un libro. Risas garantizadas.
John Kennedy Toole, es muy a su pesar mi primer one-hit wonder, puesto que después de tratar en vano que alguien accediera a publicar su novela, se suicidó inhalando el humo del tubo de escape de su coche, por lo que quien sabe si esto nos impidió poder seguir disfrutando de más genialidades como la que es esta novela.