10 de abril de 1970. Paul McCartney confirma en una multitudinaria rueda de prensa lo que desde hacía meses era una realidad: los Beatles se separaban. Desde ese mismo momento se ha intentado diseccionar casi quirúrgicamente las razones que motivaron el fin de el grupo más importante de la historia de la música. Muchas de ellas han sido palos de ciego en esa rumorología mitómana que siempre acompañó a los cuatro de Liverpool, pero lo que es innegable es que dentro de ese progresivo desgaste estuvo el ninguneo creativo al que se vio sometido George Harrison por parte de los líderes mediáticos de la banda, Lennon y McCartney.