El que ha sido el último Papa italiano en ostentar el cargo, tuvo un pontificado más que breve. Treinta y tres días después de ser nombrado máximo responsable de la Iglesia Católica murió de un infarto, y todo su ideario de reformas y modernización nunca pudo llevarse a cabo.
A día de hoy, la teoría de la conspiración sigue latiendo entre los que creen que hubo algo más que un fallecimiento por causas naturales. Las finanzas vaticanas con todo su oscurantismo y opacidad pudo estar detrás de todo ello. Precisamente la película “El Padrino III” refleja a la perfección esta hipótesis del asesinato del que pudo ser una de las grandes figuras del siglo pasado.