Como bien saben Dan Brown o Mel Gibson, no hay nada mejor que una polémica de tintes religiosos para promocionar un libro o una película. Ahora bien, quizás Salman Rushdie hubiera preferido permanecer en el anonimato durante el resto de su carrera literaria a tener que vivir en una jaula de oro.
Corría el final de la década de los ochenta cuando el escritor hindú publicó la que sería su cuarta novela, “Los Versos Satánicos”, en la que mediante la fábula de dos actores que simbolizan al Arcángel Gabriel y a Satanás, reinterpreta ciertos pasajes del Corán de un modo que resultó altamente ofensivo para el mundo islámico, y que culminó con la explícita condena a muerte a cargo del Ayatolá Ruhollah Jomeiní, líder religioso de Irán, a todos aquellos que estuvieran vinculados con la publicación del libro. A día de hoy, dicha sentencia continúa vigente.