Hubo un antes y un después de los Sex Pistols, no sólo en el mundo de la música, sino social y culturalmente. El movimiento punk arrasó con todo allá por donde su “virus” se propagaba, y una vez más, en algo que venía siendo habitual en esas últimas décadas, fue todo gestado al amparo de las islas británicas.
En apenas un par de años de agitación mediática a base de inteligencia, ironía, pesimismo y provocación, Rotten y compañía consiguieron con un único álbum publicado su principal objetivo, que su mensaje de protesta no fuera fruto de una moda pasajera y perdurase hasta el fin de los tiempos.
Corría la década de los 70 cuando Gran Bretaña estaba sumida en una crisis económica en la que los principales afectados era la clase obrera. Suciedad en las calles, altos niveles de desempleo, todo parecía estar muy definido en una sociedad que se refugiaba en el clasismo y que marginaba tu futuro si nacías en el barrio equivocado.
Es por ello que aquella juventud británica contaba con pocas vías para manifestarse contra aquella situación, aunque por fortuna la música era una de ellas. En esos años, los asistentes a los conciertos sabían que lo que estaba ocurriendo en esos escenarios era algo que iba más allá de lo estrictamente artístico.
Así que fue en el año 1975 cuando Johnny Lydon se reunió con el bajista Glenn Matlock, el guitarrista Steve Jones y el batería Paul Cook en una tienda de ropa llamada “Let It Rock”, para crear un grupo que se convirtiera en el portavoz de una generación que no quería permanecer impasible ante una situación que a los gobernantes parecía escapárseles de las manos. Nacieron los Sex Pistols.
Al principio no tuvieron mucho interés en desarrollar material propio y contaban con un repertorio basado en versiones de éxitos de los 60, pero reinterpretados con su inconfundible y destructivo estilo. Pero fue cuestión de tiempo que encontraran en la composición la mejor arma para poder difundir sus críticas transgresoras.
Pronto los medios de comunicación encontraron una mina de oro en aquella banda que ofrecía declaraciones y comportamientos explosivos allá por donde pasaban. A pesar de ello, dos de las mayores compañías discográficas de la época, EMI y A&M, no dudaron en despedirlos tras haber puesto grandes expectativas en ellos y comprobar que eran demasiado “auténticos” para que pudieran encajar en la maquinaria de promoción vigente por aquel entonces.
Eso no fue un impedimento para que terminaran en Virgin Records y desarrollaran grandes éxitos atemporales y reivindicativos como fueron “Anarchy in the U.K.”, “God Save the Queen”, “Pretty Vacant” o “Holidays in the Sun”.
Mientras tanto su fama crecía y crecía, al mismo tiempo que numerosas actuaciones eran canceladas o censuradas y que servían no ya para perjudicar negativamente al grupo, sino todo lo contrario, a partir de entonces se creó en torno suyo un aura de rebeldía y polémica contestataria que le acompañaría a su ascensión al Olimpo de los mitos de la música.
Fue 1977 un año clave para los londinenes: Matlock fue remplazado por otro de los grandes iconos del punk, Sid Vicious; y también publicaron “Never mind the bollocks.... Here's the Sex Pistols”, alcanzando en un tiempo récord la cima de las listas de ventas.
Así que el siguiente paso fue realizar una gira de conciertos en los EEUU, principalmente por la zona sur de este país. Esta tournée aunque muy esperada por los seguidores y los medios, estuvo llena de peleas internas, mala planificación y un público físicamente beligerante. Esto a la postre significó la disolución del grupo y la posterior construcción de todo un imaginario de leyendas urbanas en torno al comportamiento de los componentes del grupo durante aquellos días.
Syd Vicious se estableció en Nueva York e intentó iniciar una carrera como solista, aunque su adicción a las drogas terminó con una fatal sobredosis de heroína en 1979. El resto de integrantes también lucharon por labrarse una trayectoria musical, aunque la sombra de los Sex Pistols siempre fue demasiado alargada.
Ya en el 2008 los miembros originales se reunieron para realizar una serie de conciertos por diversos festivales europeos, aunque ya más al calor de ciertos intereses económicos y alejados de las ideas que motivaron su creación y que supuso la presentación “en sociedad” del punk. Parafraseando a otros mitos de la escena rock: “I hope I die before I get old”.
Fuente: Wikipedia y Canaltrans.